martes, 26 de agosto de 2014

RECONOCE LA NASA APORTES DE RAFAEL NAVARRO, DEL ICN DE LA UNAM, EN LA MISIÓN CURIOSITY A MARTE

•             El único latinoamericano en el proyecto que documentó condiciones para la vida en el pasado de ese planeta ha participado en el diseño, puesta en marcha e interpretación de datos del laboratorio SAM, que toma muestras y realiza análisis químicos desde la superficie marciana
•             El astrobiólogo es integrante del grupo internacional del Curiosity, que cumplió dos años en el planeta rojo, donde ha recorrido más de ocho kilómetros y se prepara para ascender a la montaña Sharp

La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por las siglas en inglés de National Aeronautics and Space Administration), reconoció los aportes de Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM y único latinoamericano integrante de la misión Curiosity, que cumplió dos años en Marte y comprobó que en el pasado ese planeta tuvo condiciones para la vida.
El premio fue entregado recientemente en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA y está firmado por Charles F. Bolden jr., administradora de la NASA en Washington, D.C.
“Es el proyecto más importante de mi vida académica hasta ahora”, reconoció el astrobiólogo mexicano, participante en el diseño, puesta en marcha e interpretación de datos del Mars Science Laboratory (MSL SAM), un equipo portátil de análisis químico a bordo del robot que en 2012 inició su periplo en un antiguo lago marciano; ha recorrido ocho y medio kilómetros en un suelo más duro de lo esperado y se prepara para ascender a la montaña Sharp, de cinco kilómetros de alto, para tomar muestras de las diferentes etapas del planeta rojo.


Entre sus logros, el instrumento SAM ha encontrado evidencia de todos los ingredientes que se requieren para la vida: hidrógeno, carbono, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre, además de compuestos como agua y sulfatos, que estuvieron presentes en el ambiente marciano.
La aventura más emocionante de Navarro comenzó en 2004, una vez que SAM, desarrollado por 15 expertos internacionales, fue seleccionado por la NASA al constituir un equipo que combina alta eficiencia y sensibilidad para analizar muestras de materia orgánica de suelo y rocas in situ, automatización y bajo peso, algo fundamental en una misión espacial.
Hoy, el horizonte del universitario continúa puesto en Marte, donde Curiosity ha concluido su primera etapa de dos años. Mientras, los científicos preparan una ampliación de la misión no tripulada, que podría mantenerse en el planeta vecino de dos a 10 años más, según las condiciones técnicas del robot y el presupuesto que les asigne la NASA.

Revive el momento de la llegada de Curiosity a Marte

“Hasta ahora, la misión ha sido exitosa. El robot funciona con energía nuclear suficiente para 10 años y se encuentra en buenas condiciones, salvo un desgaste en una de las seis llantas”, comentó Navarro.
En el proceso, los científicos han tenido escasos problemas, como un retraso de dos años en el lanzamiento (planeado inicialmente para 2009 y concretado en 2011) y han sumado varios éxitos, desde el viaje de ocho meses y medio de Curiosity de la Tierra a Marte, su llegada el 5 de agosto de 2012 y su estancia en ese sitio, donde ha recorrido ocho y medio kilómetros y ha proporcionado datos inéditos de las condiciones del planeta rojo, recopilados en 15 artículos publicados en la revista Science, de los cuales Navarro es coautor.

Condiciones de Marte en la Tierra
La búsqueda de sitios semejantes a Marte en la Tierra fue una estrategia que convirtió a Navarro en líder mundial en los estudios sobre las condiciones bioquímicas del planeta vecino.

Actualmente, en su laboratorio del ICN realiza un experimento para reproducir la atmósfera primitiva del llamado planeta rojo. En condiciones controladas, mide los elementos y compuestos químicos que teóricamente existieron en etapas, así como las modificaciones que padecen ante ciertas condiciones de presión y temperatura.

DESPEGA UN PROTOTIPO PARA PROBAR LOS COMPONENTES DEL OBSERVATORIO ESPACIAL “JEM-EUSO”

       En la construcción del equipo participaron académicos y alumnos de los institutos de Ciencias Nucleares y de Ingeniería de la UNAM, encabezados por Gustavo Medina Tanco, del ICN

 •     Además de replicar el funcionamiento del módulo espacial final, el primer vuelo del EUSO-             Balloon iniciará un estudio sobre la emisión ultravioleta de la Tierra

Con el primer vuelo suborbital de EUSO-Balloon en un globo estratosférico, un grupo científico internacional, en el que participan académicos y alumnos de los institutos de Ciencias Nucleares (ICN) y de Ingeniería (II) de la UNAM, probará los componentes del observatorio espacial JEM-EUSO (Extreme Universe Space Observatory on the Japanese Experiment Module).

Un paso importante en el desarrollo del observatorio orbital (JEM-EUSO), es probar que sus componentes funcionarán en el espacio. Para ello se construyó EUSO-Balloon, un prototipo completo y a menor escala, que realizará varios vuelos en globos estratosféricos para comprobar si el aparato real se desempeñaría de manera adecuada en el espacio exterior.

Despegue de EUSO-Balloon 1
Despégue de EUSO-Balloon 2

Detección de rayos cósmicos

JEM-EUSO es un nuevo tipo de observatorio diseñado para detectar rayos cósmicos de las más altas energías y se colocará en la Estación Espacial Internacional en 2018.

El equipo detecta emisiones de luz de fluorescencia por nitrógeno atmosférico (N2), excitadas por cascadas de rayos cósmicos de muy altas energías.

Su implementación desde el espacio es novedosa, así que la tecnología y herramientas de análisis son desarrolladas específicamente para el proyecto por una gran colaboración internacional que suma a más de 350 científicos e ingenieros de 15 países.

Diagrama de JEM-EUSO

Réplica de prueba

EUSO-Balloon es una réplica más pequeña del equipo que irá al espacio. Se trata de una estructura de 500 kilogramos de peso, con un sistema óptico de tres lentes de un metro de diámetro cada uno y sistemas electrónicos diseñados con tecnología espacial, que le permitirán capturar y procesar imágenes en alta resolución de las emisiones ultravioleta de la Tierra.

Como todos sus componentes son delicados y el instrumento debe ser recuperado para vuelos subsecuentes, EUSO-Balloon cuenta con protecciones especiales para su retorno al suelo: tanto un sistema deformable, llamado “crash pad”, colocado en su base para absorber el impacto si el aparato aterriza, como flotadores en la parte superior en caso de acuatizaje. Además, toda la electrónica está aislada y protegida contra temperaturas extremas.

El primer vuelo suborbital de EUSO-Balloon se realizó el 24 de agosto, desde Timmins, Canadá, y estuvo a cargo de la Agencia Espacial Francesa (CNES).

En su diseño y construcción participaron expertos de Japón, Corea del Sur, Francia, Alemania, Italia, España, Polonia, Estados Unidos y México. La colaboración nacional está encabezada por el investigador Gustavo Medina Tanco del ICN, y en ella también participan los académicos Lauro Santiago Cruz y Frederic Trillaud, del II.

México fue responsable por el diseño y construcción de dos de los sistemas fundamentales de EUSO-Balloon: el “housekeeping”, que es el sistema nervioso del aparato y el sistema de potencia de bajo voltaje, así como por la arquitectura térmica del telescopio.

EUSO-Balloon antes del despegue


Emisiones ultravioleta

Además de la validación de los componentes electrónicos, el prototipo realizará el primer estudio formal sobre la intensidad y estructura de las emisiones ultravioleta (UV) de la Tierra.

“El estudio es necesario para el éxito del proyecto a futuro, pues la radiación UV de nuestro planeta será el telón de fondo sobre el que JEM-EUSO observará a los rayos cósmicos desde el espacio, así que los datos del EUSO-Ballon servirán para calibrar adecuadamente el observatorio espacial”, explicó Medina Tanco.

Este plan es muy importante para la ciencia mexicana, prosiguió, pues además de la inserción en un proyecto internacional de física de frontera, se impulsará el desarrollo de tecnología espacial en el país.

“Es productivo en la capacitación de ingenieros y físicos, pues varios estudiantes han tenido la oportunidad de trabajar con agencias espaciales del mundo, lo que les ha permitido adquirir experiencia y conocimiento de tecnología y de gestión de proyectos de esta índole”, agregó.

Medina Tanco destacó que el proyecto multidisciplinario ha sido posible con apoyo de la UNAM, a través del PAPIIT; del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, mediante las redes de Física de Altas Energías y de Ciencia y Tecnología Espacial, así como de la Agencia Espacial Mexicana.

Dr. Gustavo Medina Tanco, investigador del ICN y coordinador del proyecto.

Video del despegue de EUSO-Balloon



El boletín de prensa original se puede consultar en la página: 
http://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2014_492.html

martes, 3 de junio de 2014

Primer estudiante del ICN en obtener el doctorado en Astrofísica





Juan Claudio Toledo Roy es el primer estudiante del Instituto de Ciencias Nucleares que se tituló en el Doctorado en Astrofísica. Su tesis, asesorada por los doctores Pablo Velázquez y Alejandro Esquivel, se titula “Simulaciones Numéricas de Remanentes de Supernova Asimétricos”. 


Dr. Juan Claudio Toledo Roy
 Para este trabajo, Juan Claudio hizo dos modelos en computadora de remanentes de supernovas, que “son como nubes que van dejando las explosiones de las estrellas en el medio galáctico”. Hay algunos remanentes que son redondos, pero también hay otros que tienen asimetrías. Éstos tipo de remanentes son los que le interesaron a Juan Claudio y a sus asesores. 


 Uno de los modelos computacionales que se desarrollaron es el del remanente de una supernova que observó Kepler en 1604, llamada “Supernova de Kepler”. Hoy en día, lo que se puede observar es la burbuja de gas caliente, el remanente de esta explosión, que es mucho más brillante de un lado que del otro y que tiene una forma peculiar. El modelo que realizó Juan Claudio capturó exitosamente, con imágenes tridimensionales, los detalles del remanente. 



Supernova de Kepler


Juan Claudio quiso estudiar algo relacionado con la ciencia toda su vida. De niño quería ser astronauta y, cuando tuvo que decidirse por una carrera, escogió física pues, de acuerdo con él, “es la carrera científica que engloba más los aspectos básicos de la naturaleza”. Además, siguió cultivando su interés por la astronomía, que le parece una de las partes más bonitas de la ciencia, porque es muy visual. Por ello, ha participado continuamente en viajes para realizar observaciones astronómicas. 

Después de terminar la licenciatura en física, que cursó en Guadalajara, Juan Claudio ingresó a la maestría en Astronomía en la UNAM. Él comenta que “en la UNAM tenemos un posgrado muy bueno en Astronomía, sin duda uno de los mejores del país y uno muy bueno a nivel internacional. Yo tuve profesores muy buenos, como Alejandro Raga, que daban clases de un súper nivel”. 

En el doctorado, los estudiantes se especializan en un área y empiezan a hacer investigación. Juan Claudio escogió especializarse en el desarrollo de métodos numéricos para la Astrofísica. Como él comenta, “la investigación que se lleva a cabo en la UNAM dentro de esta área es de primer nivel. Para alguien que quiera estudiar Astronomía o especializarse en Astrofísica, la UNAM es una muy buena opción”. Lo que más le gustó a Juan Claudio fue la parte de la programación y las discusiones con sus asesores, además, opina que “es muy emocionante cuando tu modelo se parece mucho a las observaciones”.



De acuerdo con Juan Claudio, “en México hay una gran tradición en astronomía, tenemos astrónomos importantes, como Guillermo Haro y Manuel Peimbert, y colaboraciones internacionales de punta”. Para él, “la astronomía es un buen campo desde el punto de vista laboral y los investigadores tienen un buen nivel de vida. Como en todos los campos de la ciencia, uno termina el doctorado o el posdoctorado y tiene que buscar trabajo, pero como en México hay una tradición astronómica y varios proyectos como el observatorio de rayos gamma HAWC (http://www.hawc-observatory.org/collaboration), el Gran Telescopio Milimétrico (GTM) y los telescopios de San Pedro Mártir (http://www.astrossp.unam.mx/), hay varias oportunidades para la gente joven”.